La fórmula de la distracción
O la procrastination, que dicen en inglés y seguimos sin encontrar una palabra adecuada en nuestro idioma (¿postergar?).
Leo en un tema desarrollado más a fondo en Microsiervos y en LifeHacker que esa tendencia natural a dejar las cosas para mañana puede expresarse mediante esta fórmula:
U = (E×V) / (I×D)
Siendo U el deseo real de terminar la tarea, éste es equivalente a la división del producto de nuestras expectativas de éxito ( E ) por el valor ( V ) que supone la tarea terminada, entre el producto de la inminencia del plazo de vencimiento ( I ) por nuestra tolerancia personal ante los retrasos ( D ).
Fijémonos en que si bien el numerador va a ser prácticamente constante (si hemos decidido realizar una tarea es porque esperamos tener éxito y creemos que merece la pena terminarla), el denominador es implacable. El tiempo disponible cada vez va a ser menor conforme se acerque el plazo de vencimiento (cuanto más cerca la fecha, más “ganas” de trabajar) y prácticamente no acepta modificación. Nuestra tolerancia personal es el factor más difícil de modificar de los cuatro, e incluso puede llevarnos a falsear la ecuación si, una vez vencido el plazo de entrega sin cumplir la tarea, nos autoconvencemos marcando una nueva fecha límite con lo que, aunque en apariencia es una nueva ecuación en verdad estamos teniendo cada vez menos deseo de realizar el trabajo.
Llegado este punto de la exposición, estaría bien que alguno de los lectores más hábiles con los números se atreviese con una representación gráfica…
16 enero 2007, 09:36
Para mi la gráfica es vertical como una pared… con la que me doy de cabeza cuando se acaba el plazo :)